Las propiedades de la merluza rebozada

¿Alguna vez os habéis plateado la pregunta acerca de cuáles son las propiedades de la merluza rebozada? ¡Acompañadnos a resolvedla en este artículo!

Para aquellos que no la conozcáis, el término merluza comprende a un grupo de especies de peces marinos, pertenecientes al orden de los Gadiformes.

Se trata de uno de los pescados con el perfil más bajo en grasas, lo que la convierte en un plato ideal para dietas de adelgazamiento, o para combinar con otro tipo de fritos con perfil calórico superior. Y fijaos si es así, que se considera que por 100 gramos de merluza solo se ingieren 63,4 calorías. ¿Qué os parece?

Sin embargo, si seguimos repasando su perfil nutricional, entre las propiedades de la merluza destacamos su alto contenido proteico de gran valor biológico. Es decir, además de contener un nivel considerable de proteínas, éstas se asimilan y pasan a formar parte de nuestro organismo con una eficiencia más cercana al 100%, frente a otros alimentos.

Su composición rica en vitaminas del grupo B hidrosoluble, la convierte en un pescado ideal para el aprovechamiento del resto de nutrientes de la dieta, en especial, para el metabolismo energético. ¿Sabías que la falta de vitamina B2 puede producir dermatitis?

Así mismo, la vitamina B12 es fantástica para el crecimiento y la diferenciación de nuestras células, y como no, para favorecer la transmisión de impulsos sinápticos a través del revestimiento de la vaina de mielina de nuestros nervios.

Si optamos por consumir la merluza rebozada, debemos tener en cuenta que su perfil calórico habrá aumentado respecto a su estado natural. No obstante, sigue siendo una fuente muy importante de proteína y nutrientes para nuestro cuerpo.

En este caso, el rebozado ya nos proporcionaría la cantidad de lípidos necesaria para esa ingesta, sin necesidad de complementarlo con patatas fritas u otro tipo de alimentos grasos.

El plato de merluza York y queso, es fantástico para aquellos amantes del pescado que estén buscando una cena suculenta y energética. Y es que, el contraste entre el sabor de la merluza y el queso con su textura cálida y suave, es todo un placer para los paladares más exigentes.

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