Seguro que, en alguna ocasión, te ha sobrado comida, ya sea comida casera o comida precocinada, y no has sabido qué hacer con ella pues sabes que, si se recalienta, se puede poner incomible. Esto es algo que puede pasar, sí, pero si tienes algunos trucos para recalentar la comida entonces no debería haber mucho problema. ¿Te enseñamos algunos de esos trucos?
A la hora de cocinar cualquier plato, una de las cosas que debéis hacer siempre es dejarlo jugoso, primero porque así está mucho más sabroso, y segundo porque de esa manera, si sobra y hay que recalentarlo, será más rico si tiene jugosidad que si no (porque se seca más). Teniendo esto en cuenta, si resulta que no lo has dejado jugoso hay una forma de recalentarlo sin que se seque más, y es hacerlo al vapor, para que sea el vapor el que lo caliente. Así no se van a evaporar los pocos jugos que tenga ni las salsas que pueda haber.
Uno de los lugares donde se suele recalentar la comida es el microondas y sí, vale, es rápido y eficiente pero normalmente la comida la deja chicletosa si no está incomible. Pero, oye, hay trucos también: uno de ellos es el de usar la potencia máxima solo cuando tengas que recalentar algo que esté cortado en trozos pequeños. Si lo tienes en trozos grandes es mejor la media potencia y dejarlo más tiempo.
El motivo es claro, si lo haces así se evita que la comida se reseque y, al mismo tiempo, tendrá un sabor mucho mejor que si lo haces en trozos grandes y a la máxima potencia. Tampoco es bueno que metas esa comida en un recipiente de plástico; procura usar siempre que se pueda uno de cristal porque el calor se dispersa mucho mejor y no tendrás una parte de la comida caliente y la otra fría (o una muy hecha y la otra poco hecha).
Si eres de las que, nada más sonar el microondas, sacas la comida para que no se enfríe y te la comes, te decimos que no lo hagas. Si la dejas unos segundos dentro del mismo, no solo el calor residual termina de calentarlo, sino que puede eliminar algunos microorganismos que causan enfermedades. Por eso es que, al menos 30 segundos, debe conservarse en el microondas.
Y, si no tienes o prefieres no usarlo, el horno, o calentar la comida en un cazo al fuego, son otras opciones (a menudo con un resultado más sabroso).